jueves, 27 de mayo de 2010

Una cartografía íntima


Grabado en punta seca / 11 x 14 cm. / 2010


Dos grandes primates se dirigen hacia el espacio exterior, el espacio del tiempo. Navegan sobre el timón de una enorme nave-mapa que parece girar a través de galaxias y estrellas lejanas. Pero, ¿qué significa todo esto? Podría ser el resultado de un proceso de ordenamiento, de ficción, de narrativa. Alguna historia se esconde detrás de esta imagen: la fundación del mundo, el origen de la creación ó, simple y llanamente, el símbolo de un día cotidiano que gira sobre su eje, al igual que todos los días de nuestra vida.

Gabriela se dedica a dibujar una estela de huellas y experiencias que parecen reproducirse en espiral. La representación de las situaciones cotidianas es lo que le importa: su familia y su irrepetible historia, sus amores, sus padres y hermanos, sus niños, las mesas de juego y de trabajo, sus objetos personales y sus habitaciones, las épocas de lluvia para regar las plantas, el barrio en que vive, los árboles, los perros… Muchos perros por cierto. Tiene la fabulosa idea de llenar su casa con afectos y momentos donde coincidan el amor, el miedo, los sueños y el tiempo. Esta suave espiral de sensaciones parecería ser la idea constructiva que Gabriela necesita para levantar su propia cartografía. Los fantásticos mapas medievales le interesan, las invenciones que pueblan esos territorios imaginarios del medioevo, llenos de animales extraños y continentes de ficción que reflejan la imaginación de su tiempo en aras de una descripción del mundo. Gabriela intenta construir un mapa distinto, un lugar que describa su propio mundo y, para lograrlo, hace uso de las historias íntimas que vive día a día. En su trabajo abundan los colores deslavados, las superficies tersas y cuidadas, las líneas sobrepuestas unas sobre otras, que cambian sin detenerse, justo como el tiempo que vivimos. Como ejemplo, dibuja una gran zona azul; ésta podría ser el cielo, pero también podría ser el océano. Al final, eso no tiene mucha relevancia, el azul circunda su continente y lo hace flotar. Gabriela utiliza el dibujo para describir y narrar lo que sucede a su paso. Los días cotidianos, transformados en ficción, van quedando atrás, en su interior y en su constante olvido.


Luis Carlos Hurtado

2010

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